EL SALVADOR.- Como vaticinaban las encuestas, Nayib Bukele ha emergido como claro ganador en el recuento de las elecciones presidenciales celebradas este domingo en El Salvador. Con el 31% de los votos escrutados, el carismático líder del partido Nuevas Ideas ha logrado un avasallador respaldo de casi 1.3 millones de votos.
En una declaración eufórica, Bukele proclamó: «Este día, El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en toda la historia del mundo». Señaló que su proyecto ha obtenido una cantidad de votos sin precedentes, superando cualquier porcentaje registrado anteriormente.
Desde el Palacio Nacional y ante una multitud que abarrotó el centro histórico de San Salvador, el mandatario afirmó que, según sus propios datos, habría ganado las elecciones presidenciales con «más del 85%» de los votos. También anunció la victoria de su partido en la Asamblea Legislativa con al menos 58 de 60 diputados, aunque no se han publicado resultados oficiales de esta elección.
«Sería la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático. El Salvador este día ha vuelto a hacer historia», agregó Bukele.
A pesar de la prohibición constitucional de la reelección inmediata, la candidatura de Bukele fue respaldada por una controvertida interpretación de la Constitución realizada por los jueces de la Sala de lo Constitucional, quienes fueron elegidos por la Asamblea Legislativa en la que Nuevas Ideas tiene mayoría.
La comunidad internacional, incluyendo gobiernos de países como México, China, Guatemala, Honduras, Panamá y Paraguay, felicitó públicamente a Bukele incluso antes de la publicación de resultados oficiales.
El Tribunal Supremo Electoral justificó el retraso en la divulgación de los resultados, argumentando que algunos ciudadanos en el extranjero no pudieron votar a pesar de haber llegado antes del cierre oficial, asegurando que se les garantizaría el ejercicio de su derecho.
Bukele, quien partía como claro favorito con índices de aprobación cercanos al 90%, se convertirá en el primer presidente en gobernar el país centroamericano por un segundo mandato consecutivo desde 1983.
Durante su primer mandato, El Salvador experimentó una notable reducción de la violencia, situándolo como uno de los países más seguros de América. Sin embargo, su estrategia de «mano dura» contra las pandillas y el régimen de excepción han generado críticas y acusaciones de abusos contra los derechos humanos.
En su discurso de victoria, Bukele arremetió contra la prensa y organizaciones internacionales que cuestionaron su política de seguridad. «El pueblo salvadoreño habló, no solo fuerte y claro, sino de la manera más contundente en toda la historia de la democracia», afirmó.
Aunque la inmensa mayoría de la población respalda la política de «mano dura», los críticos expresan preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos y la concentración de poder. Bukele, sin ofrecer detalles específicos para su segundo mandato, prometió seguir demostrando al mundo el ejemplo de El Salvador en los próximos cinco años.