GAZA.- En medio de una creciente crisis humanitaria, camiones de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) han sido abarrotados con víveres en un esfuerzo desesperado por mitigar la hambruna que afecta a más de 800 mil gazatíes. El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha advertido sobre la crítica situación, señalando que más de 2 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria de la agencia.
Lazzarini hizo hincapié en que la suspensión de fondos por parte de nueve países donantes amenaza con poner fin a las operaciones de la UNRWA, lo que podría agravar aún más la crisis. Entre los desafíos adicionales, el frío y las lluvias torrenciales recientes han empeorado la situación de los desplazados en campamentos y refugios, donde las inundaciones han dañado mantas, colchones y ropa de abrigo.
La población de Gaza, en su mayoría desplazada forzosamente debido a los bombardeos, enfrenta condiciones extremadamente precarias. Casi dos millones de personas, el 90% de la población de la Franja, están desplazadas, y más de 65 mil viviendas han sido destruidas o quedaron inhabitables.
El aumento del hacinamiento ha llevado a un alarmante aumento de enfermedades epidémicas. El Ministerio de Sanidad ha registrado más de 180 mil casos de infecciones respiratorias agudas, 136 mil 418 de diarrea (con un aumento preocupante en menores de cinco años), 55 mil 472 de sarna y piojos, 38 mil 010 de dermatitis, 5 mil 330 de varicela y 4 mil 683 de ictericia.
La suspensión de fondos a la UNRWA por parte de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia, Países Bajos, Suiza, Finlandia y Australia ha suscitado preocupación internacional. La medida se produjo después de que la UNRWA rescindiera contratos de empleados debido a acusaciones de su posible conexión con Hamás en los ataques del 7 de octubre. Philippe Lazzarini lamentó la decisión, destacando las acciones inmediatas de la UNRWA al rescindir contratos y solicitar una investigación transparente e independiente.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha respaldado la investigación, que está a cargo de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de Naciones Unidas. Lazzarini instó a no sancionar a toda una agencia y comunidad por acusaciones contra un pequeño grupo de personal, especialmente en tiempos de guerra, desplazamiento y crisis política en la región.
Israel agradeció a los países que suspendieron fondos a la UNRWA, acusándola de ser un «refugio de terroristas», mientras que Hamás negó rotundamente la colaboración de su personal humanitario en acciones militares. En medio de la crisis, la Corte Internacional de Justicia llamó a aumentar el flujo de ayuda humanitaria a Gaza, destacando la importancia de la estructura de la UNRWA para lograr este objetivo.