La falta de consensos entre los dos bloques de consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) ha desatado una crisis interna que amenaza con poner en riesgo el funcionamiento de este organismo crucial para la democracia en México.
La noche pasada, en un hecho sin precedentes y a solo un día de haber iniciado el proceso electoral federal más grande en la historia del país, se hizo evidente la profunda división que prevalece en el instituto y la amargura generada por la asignación de comisiones permanentes dentro de la institución.
A pesar de que la anterior integración de las comisiones ya había quedado disuelta, los consejeros no han logrado llegar a un acuerdo para elegir nuevos miembros y, lo que es aún más importante, nuevos presidentes para las cuatro comisiones más importantes: la de Quejas y Denuncias, la de Fiscalización, la de Prerrogativas y Partidos Políticos, y la comisión conjunta de Capacitación y Organización Electoral.
La tensión entre los consejeros Dania Ravel y Uuc-Kib Espadas llegó a un punto crítico anoche, cuando ambos alzaron la voz durante la sesión. En respuesta, la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, declaró un receso indefinido con el fin de calmar los ánimos.
En palabras de Taddei, «En este momento yo declararía, para evitar que esto no diera una mala… más allá de que haya quien quiera que a este instituto le vaya mal, creo que aquí habemos muchos que queremos que a este instituto le vaya bien”.
Según el propio INE, las comisiones deben estar completamente integradas con nuevos miembros en la primera semana de septiembre.
Al comienzo de la sesión, el proyecto de acuerdo se presentó a los consejeros con lagunas en lo que respecta a las comisiones, y a lo largo del día se trabajó en una propuesta para ocupar esos cargos. Sin embargo, los consejeros Jorge Montaño, Rita Bell López y Norma Irene expresaron su descontento por la presentación de esta propuesta de última hora.
La consejera presidenta propuso posponer el punto, pero los consejeros Claudia Zavala, Carla Humphrey, Dania Ravel, Jaime Rivera, Martín Faz y Arturo Castillo votaron en contra, argumentando que la discusión era urgente y debía llevarse a cabo en la misma sesión.
En entrevistas por separado, el consejero Espadas acusó que «hay un intento de una mayoría mínima, es decir, seis, de excluir a una minoría máxima, cinco, de la integración de las comisiones críticas para este momento del proceso». Espadas agregó, «Es un mayoritazo que no tiene justificación».
Por otro lado, la consejera Carla Humphrey negó la existencia de tal mayoría y defendió la posición de quienes no están dispuestos a renunciar a la presidencia de ciertas comisiones. Humphrey declaró, «Si yo quiero estar en una y no me parecen las razones por las que me tenga que bajar, ¿por qué tengo que ceder a bajarme de una? Hay que entender que cada quien puede tener prioridades en cuanto a qué comisión prefiere, y cuando llegamos a esos puntos, tenemos que buscar cómo resolverlo, y para mí, la forma de hacerlo es mediante la votación».
La crisis en el INE ha dejado en evidencia las profundas divisiones internas y la urgente necesidad de llegar a acuerdos para garantizar un proceso electoral federal transparente y justo en México. La incertidumbre persiste sobre cómo se resolverán estas diferencias y si el INE logrará superar esta crisis en un momento crucial para la democracia del país.