LIBIA.-El devastador impacto de las inundaciones en la ciudad costera oriental de Derna, Libia, continúa siendo desolador, con el número de víctimas mortales alcanzando una cifra alarmante de al menos 11,300 personas, según un informe reciente de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), publicado este sábado. Las inundaciones también han cobrado la vida de otras 170 personas en las áreas circundantes de Derna.
En medio de esta tragedia, la comunidad internacional se encuentra en un estado de alerta máxima, y los esfuerzos de búsqueda y rescate están en marcha, con la esperanza de encontrar sobrevivientes entre los escombros y las aguas tumultuosas que han inundado la región.
La magnitud de esta crisis se hace aún más evidente con la alarmante cifra de al menos 10,100 personas desaparecidas solo en Derna, un número que se espera que aumente a medida que los equipos de búsqueda y rescate continúen su incansable labor.
Las intensas lluvias que azotaron Libia fueron desencadenadas por un sistema meteorológico conocido como «tormenta Daniel». Sin embargo, los expertos señalan que además de la potente tormenta, una serie de factores letales, como el envejecimiento y deterioro de la infraestructura, las advertencias inadecuadas y los efectos de la creciente crisis climática, contribuyeron a las catastróficas inundaciones que han asolado la región.
La ciudad de Derna, que una vez albergó a alrededor de 100,000 habitantes, ha quedado dividida en dos tras el paso devastador de las inundaciones, que destruyeron barrios enteros. Ahora, al menos 30,000 personas se encuentran desplazadas solo en esta localidad, según datos proporcionados por la ONU.
Además de las dificultades derivadas de las inundaciones, la presencia de minas terrestres y artefactos explosivos de guerra, remanentes de años de conflicto en la región, supone un riesgo adicional para las personas desplazadas. Las inundaciones han desplazado estas peligrosas trampas mortales, lo que aumenta significativamente el riesgo de accidentes.
La situación es especialmente preocupante para los niños, ya que casi 300,000 de ellos han estado expuestos a las inundaciones causadas por la tormenta Daniel. Se enfrentan a un mayor riesgo de enfermedades como el cólera, la desnutrición, la diarrea y la deshidratación, además de un mayor peligro de violencia y explotación, según destaca el informe de la ONU.
Las operaciones de rescate continúan en medio de condiciones extremadamente difíciles, con equipos de búsqueda rastreando edificios derrumbados y explorando el mar en busca de cuerpos. La esperanza de encontrar supervivientes disminuye con cada día que pasa.
La mayoría de los cadáveres se encuentran en el agua, lo que dificulta enormemente las labores de recuperación. Misiones de rescate internacionales han pedido urgentemente más equipos y ayuda para llevar a cabo esta tarea, especialmente en el Mediterráneo, donde se encuentran muchos de los cuerpos. La situación es crítica, ya que los cuerpos están en avanzado estado de descomposición y podría llegar un momento en que su recuperación sea imposible.
Representantes de varias misiones, incluyendo Túnez, Rusia, países árabes, Turquía e Italia, se han unido en un llamado desesperado para obtener apoyo adicional. Además, se informa que cadáveres han sido encontrados en bahías y calas del Mediterráneo, muchas de las cuales solo son accesibles por barco.
Las dificultades persisten en Derna, donde los cuerpos están atrapados bajo montones de barro en áreas residenciales que aún no han sido evacuadas, lo que plantea la amenaza de una crisis sanitaria inminente.
Esta tragedia en Derna es un recordatorio sombrío de la importancia de la preparación y la respuesta efectiva ante desastres naturales en un mundo que enfrenta desafíos climáticos cada vez más graves. La comunidad internacional se encuentra movilizada para brindar apoyo a la región y mitigar los impactos devastadores de estas inundaciones sin precedentes en Libia.