PANAMÁ.- En un dramático aumento con respecto al año anterior, el ministerio de Seguridad Pública anunció que más de 400 mil migrantes han atravesado la impenetrable selva del Darién en lo que va del año 2023 en su búsqueda por llegar a Estados Unidos, marcando un récord alarmante. Esto representa un aumento del 62% en comparación con el año anterior, cuando 248 mil personas se aventuraron por esta inhóspita jungla.

Esta impresionante cifra de migrantes que han arriesgado sus vidas en el Darién es aún más sorprendente si se considera que Panamá tiene una población total de aproximadamente 4.2 millones de habitantes.

El comunicado oficial del ministerio de Seguridad Pública reveló que, hasta el 27 de septiembre de este año, un total de 402,030 personas ingresaron de manera irregular al país a través de esta ruta peligrosa.

Las comunidades fronterizas con Colombia han visto un flujo diario de hasta 4 mil personas, la mayoría proveniente de países como Venezuela, Haití, Ecuador y Colombia. Sin embargo, se ha destacado que también se encuentran migrantes de China y Afganistán en esta travesía inclemente.

La frontera natural del Darién, con sus 266 kilómetros de longitud y 575,000 hectáreas de extensión, se ha convertido en un corredor crucial para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos a través de América Central y México.

La creciente afluencia de migrantes ha llevado al gobierno panameño a colaborar con organizaciones internacionales para establecer centros de atención a lo largo del país. A pesar de estos esfuerzos, el ministro de Seguridad Pública, Juan Pino, advirtió que la capacidad de Panamá para atender a los migrantes irregulares está siendo superada. «Se hace un esfuerzo sobrehumano», enfatizó Pino.

Para intentar controlar esta ola migratoria, las autoridades panameñas anunciaron una serie de medidas el 9 de septiembre, que incluyen un aumento en las deportaciones de personas que ingresen de manera irregular al país. Sin embargo, la magnitud del desafío planteado por la migración en el Darién sigue siendo inmenso y complejo.