TAMAULIPAS.- A un mes del desplome de la iglesia de Tamaulipas que causó la muerte de 12 personas y dejó 60 heridos durante un bautismo, la Diócesis de Tampico, a la que pertenece esa congregación, está llevando a cabo una exhaustiva inspección de todos sus templos para detectar posibles riesgos y evitar futuras tragedias. El sacerdote Néstor Javier López Rodríguez, vocero de la diócesis del noreste de México, compartió detalles sobre esta iniciativa en una entrevista con CNN.
La orden de revisar los edificios fue emitida por el obispo de Tampico, José Armando Álvarez Cano, como respuesta al impactante colapso del techo de la parroquia de la Santa Cruz en Ciudad Madero el 1 de octubre. Esta tragedia conmocionó a la comunidad y despertó la preocupación por la seguridad de otros lugares de culto en la región.
El padre Néstor Javier López Rodríguez informó que tras el colapso, varios párrocos tomaron la iniciativa de contactar a ingenieros civiles y arquitectos para verificar la estructura de los templos. Posteriormente, la Diócesis se puso en contacto con una asociación de ingenieros locales dispuestos a prestar sus servicios. Se estableció una agenda y una calendarización para llevar a cabo las revisiones necesarias.
La iglesia de la Santa Cruz, que se derrumbó, tenía aproximadamente 50 años de antigüedad y se destacaba en la zona de Tamaulipas por su tamaño y ventilación, aspectos importantes en una localidad donde las temperaturas promedio superan los 30 grados. Según el portavoz, esta iglesia era un lugar concurrido y no mostraba signos evidentes de deterioro antes del trágico evento.
El padre Néstor Javier López Rodríguez también mencionó que las investigaciones oficiales siguen en curso, con la participación de la fiscalía general de Tamaulipas y expertos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Aún se espera el dictamen oficial sobre las causas del desplome.
Después del colapso, la fiscalía general de Tamaulipas inició una investigación por un posible delito de homicidio y comenzó a realizar peritajes y recabar testimonios para esclarecer el origen del derrumbe e identificar posibles responsables. Hasta el momento, no se han emitido órdenes de arresto en relación con este caso.
Mientras las investigaciones continúan, la comunidad de la iglesia de la Santa Cruz está unida en su deseo de ayudar a quienes perdieron a sus seres queridos, ya sea proporcionando recursos económicos o brindando apoyo emocional. A pesar de la tragedia, la congregación no ha dejado de celebrar misas. Inicialmente, las ceremonias se llevaron a cabo en una capilla cercana al edificio colapsado y posteriormente en las instalaciones de un jardín de infantes cercano. Esto demuestra la fortaleza de la fe y el deseo de mantenerse unidos en momentos difíciles.
El sacerdote Néstor Javier López Rodríguez concluyó expresando su confianza en que la comunidad seguirá mostrando apoyo y solidaridad en los días venideros. La tragedia ha generado una mayor conciencia sobre la importancia de la seguridad en los templos y ha unido a la comunidad en torno a su fe.