Manhattan. – Donald Trump ingresó a un tribunal de Nueva York, donde está programado que comparezca como testigo en un juicio civil por fraude que plantea una amenaza para su imperio inmobiliario, el cual había forjado su reputación antes de entrar en la política.
El expresidente de Estados Unidos, al igual que sus dos hijos adultos que testificaron la semana pasada, probablemente se enfrentará a preguntas incisivas sobre cuestionables prácticas contables que el juez Arthur Engoron ya había calificado como fraudulentas.
Trump lanzó un comentario directo al juez al afirmar: «Usted falló contra mí, dijo que era un fraude antes de saber nada de mí». Luego alegó que «el fraude es el tribunal» porque «no valoró las propiedades correctamente» y destacó su desempeño como presidente de Estados Unidos al afirmar que había hecho «un buen trabajo».
Trump mencionó la valoración de los tasadores públicos del condado de Palm Beach, en Florida, quienes estimaron que su mansión de Mar-a-Lago tenía un valor de alrededor de 18 millones de dólares. Él aseguró que «vale cientos de millones más y todo el mundo lo sabe».
El expresidente defendió en repetidas ocasiones que los documentos financieros en los que se basa el caso carecen de valor debido a una cláusula que advierte que los datos son subjetivos y alienta a realizar análisis propios y a «no depender» de ellos.
Trump argumentó que esa cláusula de advertencia «siempre se respeta en los tribunales, excepto por parte de este juez particular» y añadió que «si hubo un error, no fue material», pero, en todo caso, «cualquier error está cubierto por la cláusula».