CDMX.- Un grupo de encapuchados, identificados como miembros del llamado Bloque Negro, protagonizó incidentes violentos durante la marcha conmemorativa del noveno aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en la Ciudad de México. El objetivo de su ira fue un establecimiento icónico de la gastronomía local: el restaurante Sonora Grill, ubicado en la avenida Paseo de la Reforma.
Los manifestantes irrumpieron en el restaurante, tomando a los clientes por sorpresa y generando un caos repentino que obligó a los comensales a buscar refugio y protegerse de los destrozos que se sucedieron rápidamente.
Uno de los testigos presenciales, identificado como el señor Víctor, compartió sus impresiones de la situación, destacando la violencia y el temor que se vivieron en el lugar. «Corriendo, corriendo por tu vida, porque no sabes qué va a pasar. ¡Hay vidrios y hay bastones! Si no reaccionas rápido, nos pegan. La gente del restaurante nos cuidó y nos aventó hacia adentro», comentó.
El incidente se produjo cerca del final de la marcha, en las inmediaciones de la Torre del Caballito, cuando un grupo de encapuchados se desligó del grueso de los manifestantes y se dirigió al Sonora Grill, donde causaron daños materiales significativos.
En medio de la violencia, un miembro de la Policía Bancaria e Industrial resultó herido por cortaduras y requirió atención médica. Una ambulancia de la institución acudió rápidamente para brindarle los cuidados necesarios.
A pesar de este lamentable incidente, la marcha conmemorativa por los estudiantes de Ayotzinapa, que fue la más concurrida en varios años, se desarrolló en su mayoría de manera pacífica, desde su inicio en el Ángel de la Independencia hasta su culminación en el Zócalo de la Ciudad de México.
Los padres de los desaparecidos, visiblemente exhaustos después de una semana de intensas actividades de protesta en la capital mexicana y nueve años de lucha incansable, lideraron la marcha y se detuvieron frente al antimonumento de los 43 estudiantes en Paseo de la Reforma. Allí realizaron un emotivo conteo en memoria de sus hijos, cuyo paradero sigue siendo un misterio.
Al llegar al Zócalo, los padres hicieron un mitin en el que reafirmaron su determinación de conocer la verdad sobre la desaparición de sus hijos y exigieron que las investigaciones continúen de manera rigurosa y transparente, alejándose de la llamada «verdad histórica». Además, insistieron en la necesidad de que el Ejército libere la información crucial que aún se mantiene en reserva.