MX.- Gabriel Alejandro “N”, un joven de 20 años señalado de asesinar a dos trabajadoras de la Universidad Tecnológica de Guadalajara (UTEG) y a otra mujer en un motel, se suicidó en la tarde del 5 de agosto en el penal de Puente Grande, según informaron medios locales.
Las primeras versiones indican que el suicidio ocurrió mientras Gabriel Alejandro estaba lavando ropa en el segundo nivel del área de celdas de observación, cuando se arrojó al vacío desde aproximadamente seis metros de altura, sufriendo un traumatismo craneoencefálico. A pesar de recibir atención médica y ser trasladado al Hospital Civil, no logró sobrevivir a las lesiones y fue declarado muerto alrededor de las 19:55 horas tras sufrir seis paros cardíacos, según la Dirección de Prevención y Readaptación Social.
Telediario reportó que familiares del joven pudieron verlo antes de su fallecimiento. José Antonio Pérez Juárez, director de Prevención y Reinserción Social del Estado de Jalisco, informó que Gabriel Alejandro había recibido visitas familiares y participaba en actividades deportivas supervisadas. Además, reconoció que había intentado suicidarse anteriormente al cortarse las muñecas.
El joven enfrentaba múltiples procesos judiciales por el feminicidio de las dos trabajadoras de la UTEG, el intento de homicidio de otro empleado de la universidad y el asesinato de otra mujer en un motel.
El caso, que impactó a la UTEG, tuvo lugar el 6 de marzo, cuando Gabriel Alejandro “N” comenzó su serie de crímenes con el homicidio de Mónica Abigail en un motel en la Calzada Independencia. Posteriormente, irrumpió en el campus de la UTEG, donde asesinó a Ana Gabriela y Blanca Lilia, e hirió a un hombre antes de ser detenido. Estos actos desataron una fuerte conmoción en la comunidad universitaria en un contexto de creciente violencia de género en el país.
Tras su detención, el fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez Ruiz, declaró que Gabriel Alejandro parecía “estar fuera de sí”. Durante la investigación, las autoridades encontraron un arma blanca y un pequeño hacha que el agresor utilizó para romper varios cristales en el campus. También se descubrió que el joven formaba parte de un grupo de WhatsApp donde se compartían historias e intereses sobre crímenes, lo que indicaba un posible fanatismo criminal. En sus redes sociales, mostraba admiración por un individuo involucrado en un tiroteo escolar en Brasil.
El día de los asesinatos, Gabriel Alejandro publicó en su perfil de Facebook: “Hoy es el día”, acompañado de una fotografía en el baño del motel, sosteniendo un hacha y vistiendo ropa negra con una máscara de calavera.