Nuevamente llegué sin previo aviso, sé que mi visita te hace sentir horrible, sientes un enorme peso sobre tu ser, te sientes incomprendido, crees que no puedes seguir adelante, incluso haz renunciado a tantas metas y sueños cuando te he llegado a visitar.
Pero tranquilo no estoy aquí para hacerte daño, mucho menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado, pero al final del día… no te he matado, no te has vuelto loco ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?
Sé que te sientes fatal cada vez que te visito, te he hecho llorar de la nada, te desesperas y quisieras mandarme a la fregada, incluso si pudieras me matarías, pues te he llevado al punto de querer terminar con tu vida o hacerte daño.
Son muchos los años que hemos convivido, nos conocemos o por lo menos yo a ti completamente, sin secretos ni máscaras, esas que haces ver a todos, que siempre te ven sonriendo, contando chistes, alegre, pero yo te conozco en la oscuridad y en cada momento vivido.
Entiendo el pesar de cada respiración y de cada movimiento de tu cuerpo, la ansiedad que cada segundo se vuelve más pesada; la oscuridad en la que te sientes sumergido, la cual te abraza y no te quiere dejar ir, no te deja respirar.
Sé que logré que la palabra fe haya perdido significado, entiendo que vives al día, con la esperanza de que el mañana sea un poco mejor que hoy. Sé que no es una amenaza, es una verdad, sientes como si ya estuvieras muerto. Te destrocé, desollé y trituré por dentro.
He logrado que haya días en que la única fuerza que te dejo es para darte vuelta en tu cama, te orillé a que buscaras callarme, ahogándome en miles de sustancias, arriesgando tu salud, buscando terminar tu vida de una u otra forma, cuestionándote para qué estar aquí.
Te desesperas cuando por fin te estás olvidando de mí, cuando por algún largo tiempo no llegó a visitarte, pero, sin avisarte una mañana llego y soy esa ancla que no te permite levantarte y todo lo que habías planeado ese día, se fue a la chingada.
Y quiero felicitarte si estás leyendo esto, pues eso quiere decir que ya tienes el valor de escucharme y créeme si te digo que nadie mejor que yo sabe de tu habilidad para evitar y salir corriendo, huyendo de mí, como huirías de un monstruo en el bosque.
O aquellas veces que me evitas y te embobas horas viendo tus programas favoritos y el futbol o viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no admitir que la tuya no te gusta.
O mi parte favorita, aquellas veces que tratabas de ahogarme en alcohol, adormecer todo eso que te hago sentir y qué te puedo decir de todo aquello que más que adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.
Pero estoy aquí para ayudarte, si te dije todo lo anterior, es para que tomes el valor de enfrentar tu realidad, espero que estés listo para enfrentar la verdad de tu vida de ti mismo tal y como es, sin actuar, sin atajos, sin pretensiones.
ES TIEMPO DE EVOLUCIONAR, hazlo, no hay de otra.
Crea cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, no estás disfrutando de tu vida. Por eso estoy aquí, para ayudarte (de una forma extraña) para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, para ello tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.
Deja de buscar la aprobación y aceptación de los demás, haciendo lo imposible por llamar su atención, buscando seguridad en otras personas, menos en ti, dejas que los demás sean responsables de tu persona que tú mismo, te entiendo, todos quisiéramos regresar a ser el hijito de mamá y papá, despreocupándonos de todo.
Solamente volviendo a entrar a un temazcal te acercarás a esa experiencia, mientras tanto, asume que eres responsable de ti y que solamente tú me escuchas y cuando logre que te ames a ti mismo, me iré. Solo tú harás que me vaya.
Me iré cuando quieras que me vaya, toma el timón de ti mismo, me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios de tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesto a crecer y recuperarte a ti mismo. Mientras no lo hagas… te seguiré visitando.
Necesitas de mí, aunque no lo admitas, me necesitas para modificar tu manera de ver tu realidad, deshazte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan, olvida tus rencores, perdónate y perdona a quienes te fallaron y recupera tu libertad interior.
Me necesitas para perder el miedo al rechazo o abandono de los demás, necesitas de mí para poner límites a quienes te lastimaron, me necesitas para decir NO, para que dejes de mendigar amor con quien no te merece, para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz.
El único control que puedes tomar es el de ti mismo, pero primero, ACEPTA que lo has perdido, y que dejes que yo me exprese, que salga a decirte con todos esos síntomas tan horribles que me inventé para decirte algo muy claro, pero si me reprimes y te distraes cada vez que llego… no podré hablarte y vendré más fuerte.
Así es que la próxima vez que me sientas llegar, haz un alto, cierra los ojos… apaga tu mente racional por un momento, déjate llevar… y entiéndeme. Después, empieza el cambio en tu vida con acciones claras y específicas, y en menos de que te des cuenta, me iré.
Espero no llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago, recuerda que dentro de todo lo malo, siempre hay que sacar lo bueno. Para disfrutar del arcoíris, primero tienes que aguantar la tormenta.
Hola, soy tú hablándote desde el fondo de tu cerebro desesperado, para que me pongas atención, lo que sientes no es tristeza, no es desesperación, soy yo queriendo que salgas adelante y fortalecerte para que te enfrentes a todo con una sonrisa.
Recuerda, el dolor es parte del crecimiento…