MADRID.- En un giro sorprendente de los acontecimientos, Luis Rubiales, hasta ahora presidente de la Real Federación Española de Fútbol (REFF), ha anunciado su renuncia al cargo en medio de crecientes controversias. La dimisión de Rubiales se produce después de un polémico beso no consentido a la futbolista de la selección española de fútbol femenino, Jenni Hermoso, durante la celebración por la obtención del campeonato en el Mundial de Australia, así como por gestos obscenos durante la final del torneo.
El anuncio de la renuncia de Rubiales se realizó a través de un comunicado difundido en sus redes sociales, en el que expresó que su decisión se basa en la existencia de «poderes fácticos» que le impiden regresar a su puesto. Además de su salida de la REFF, Rubiales también presentó su dimisión como vicepresidente de la UEFA.
La controversia en torno a Rubiales se intensificó cuando la FIFA, el máximo organismo del fútbol mundial, suspendió sus funciones por un período de 90 días y lo vetó de «toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional». Esta suspensión también incluyó la prohibición de cualquier tipo de contacto con Jenni Hermoso.
Previo a la resolución de la FIFA, la RFEF emitió un comunicado acusatorio en el que cuestionaba las afirmaciones de Hermoso sobre el beso y amenazaba con emprender «acciones legales» contra ella o quienes difundieran esas afirmaciones en su nombre.
En su comunicado de renuncia, Rubiales manifestó que su partida «contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030», refiriéndose a la candidatura ibérica para el Mundial de Fútbol de 2030.
A pesar de su dimisión, Rubiales se mantuvo firme en su negación de las acusaciones en su contra y afirmó tener «fe en la verdad», prometiendo hacer todo lo posible para demostrar su inocencia. También mencionó el impacto que la situación había tenido en su familia y seres queridos, así como en la opinión pública.
El beso forzado en la boca dado por Rubiales a Jenni Hermoso generó una fuerte reacción en España y en todo el mundo, con críticas y rechazo generalizados. A pesar de la indignación pública, Rubiales inicialmente minimizó el incidente y argumentó que había sido consensuado, negándose a dimitir. Sin embargo, más de 80 futbolistas firmaron una declaración en la que anunciaban que no volverían a formar parte de la selección nacional mientras Rubiales permaneciera en su cargo.
El futuro de la REFF y el fútbol español queda ahora en manos de quienes asuman el liderazgo en este momento de crisis y cambio en la organización deportiva.