CDMX. – Melissa Sloan, una madre británica que desafía los estereotipos con sus más de 800 tatuajes en todo el cuerpo, ha compartido sus desafíos para encontrar empleo debido a las percepciones que su apariencia genera, donde los empleadores a menudo le niegan la oportunidad laboral. Esta no es la primera vez que Melissa se enfrenta a discriminación por su apariencia, ya que previamente denunció haber sido excluida de la escuela de sus hijas debido a sus numerosos tatuajes.

A los 46 años y originaria de Gales, Reino Unido, Melissa solía trabajar en la limpieza de baños, pero perdió su empleo debido a la presencia de cientos de tatuajes que adornan su rostro y cuerpo. En una entrevista con el medio Brightside, Melissa compartió su lucha por encontrar empleo sin ser juzgada por su apariencia.

«No puedo conseguir trabajo», expresó Melissa durante la entrevista. «Recientemente, solicité un trabajo de limpieza de baños en mi área, pero fui rechazada debido a mis tatuajes».

Melissa ha enfrentado numerosos comentarios y prejuicios por sus tatuajes, incluyendo la creencia errónea de que nunca ha tenido un trabajo en su vida. Ella aclaró que, de hecho, ha tenido empleo en el pasado, aunque de corta duración.

«La gente ha dicho que nunca he tenido un trabajo en mi vida, pero lo tuve una vez, aunque no duró mucho», explicó Melissa.

A pesar de las dificultades, Melissa se encuentra desesperada por encontrar trabajo y está dispuesta a aceptar cualquier oferta laboral que se le presente.

«Si alguien me ofreciera un trabajo mañana, iría a trabajar sin dudarlo», aseguró.

Melissa reveló que comenzó a tatuarse cuando tenía 20 años y, desde entonces, se ha convertido en una verdadera obsesión para ella. Tiene un cariño especial por los tatuajes faciales y ha cubierto completamente su rostro con ellos. Incluso ha retocado sus tatuajes antiguos tres veces, creando un collage de capas en su rostro.

A pesar de las dificultades que enfrenta debido a su apariencia tatuada, Melissa sigue comprometida con su pasión por los tatuajes. Afirma que se hace al menos tres tatuajes nuevos cada semana y se autodenomina una «adicta» a los tatuajes.

«Incluso si llego a los 70 años, seguiré haciéndome tatuajes. Cada centímetro de mi piel estará cubierto, incluso si tengo que ponerme la piel azul, porque mi cara ya se está volviendo azul. Parezco un Pitufo», bromeó.

Además de enfrentar dificultades en el ámbito laboral, Melissa ha compartido que ha sido excluida de lugares comunes, como bares, y ha experimentado discriminación en la escuela de sus hijos, donde alega haber sido vetada. Su amor por el arte corporal le ha costado caro en términos de desprecio social, y ha sufrido agresiones físicas y verbales.

«A veces, incluso he pensado en el suicidio. La hostilidad hacia mí es muy desagradable. La gente no me acepta. Cuando me miran, piensan que soy problemática y prefieren mantenerse alejados. Cada vez que entro a un bar, las personas cambian de lugar. Sé que nunca seré completamente aceptada, pero si la gente se tomara el tiempo de conocerme, descubrirían que soy una persona agradable», confesó Melissa.