Un gol en el tiempo de descuento otorga al conjunto brasileño su segunda Copa Libertadores
Santos, Palmeiras y Maracaná como sede para la final. La Copa Libertadores se ha teñido esta temporada de verdeamarela y ha decidido guardar la emoción para el final del encuentro.
Palmeiras buscaba su segundo entorchado continental, que no lograban desde 1999 y también resarcirse de la final perdida contra Boca Juniors la siguiente campaña, en el año 2000. Santos, que logró por última vez levantar la Libertadores en 2011, y que ya contaba con dos entorchados conseguidos en la década de los 60 con Pelé, quería alcanzar por fin a Estudiantes de la Pata y River, con 4 copas cada uno.
Mientras los jugadores saltaban al terreno de juego, Marinho dejó la primera imagen del partido. Como hiciera Gabriel Barbosa la temporada pasada, el jugador de Santos se atrevió a tocar el trofeo mientras salía del túnel de vestuarios, todo un gesto de valentía sabiendo que existe una “maldición” que provoca la derrota del club que ha tocado la copa. Pero vayamos por partes.
Perreira da Silva, Rocha, Teixeira, Gómez, Matías Viña, Danilo dos Santos, Menino, Velga, Vivian, Rony y Adriano fueron los once jugadores elegidos por parte de Palmeiras. Víctor, Ricci, Verissimo, Peres, Felipe Jonatan Rocha, Alison Lopes, Marinho, Evaristo, Santos Goes, Soteldo y Pinto Ramos saltaron al campo como titulares de Santos.
Una final rara para un momento raro. Con Maracaná prácticamente vacío, los jugadores parecían tener más miedo que ganas de ir a por el trofeo, y a penas concedieron ocasiones al rival, dejando una imagen muy descafeinada del torneo más importante de Sudamérica.
La final se había teñido con un aura que parecía desembocar en la prórroga primero y en penaltis después, pero, por muy extraña que sea esta temporada, este torneo siempre depara un punto de éxtasis final. El colegiado, debido a las pausas durante el partido, decidió añadir 8 minutos, que pesaban sobre todo para los aficionados, que querían ver el partido terminar cuanto antes. En el 98’, cuando todo parecía encarrilarse a la prórroga, apareció Breno Lopes (que había entrado en el minuto 85) para rematar un centro de Rony y poner el 1-0. Maracaná, aún vacío, explotó.
La imagen de los jugadores abrazados con los pocos aficionados de Palmeiras que han podido vivir la final quizá no es la más indicada teniendo en cuenta el momento en que nos encontramos, y en especial en Brasil.
Con esta victoria, Palmeiras logra su segunda Copa Libertadores, sumando la que logró en 1999 frente al Deportivo Cali colombiano. Scolari fue el técnico de los brasileños aquella temporada y lograron un trofeo que se había resistido al club desde sus inicios, cuando perdieron la final en 1961 (2º edición del torneo) contra Peñarol y otra final en 1968 contra Estudiantes de la Plata.