Ese es Santiago Argüello, primer propietario del terreno que hoy es Tijuana, mismo que le fue concedido en 1829 por el gobierno de México y que utilizó con fines ganaderos y agrícolas para el sustento él, de su esposa, Pilar Ortega y sus 15 hijos.
La guerra entre México y USA partió su tierra en dos, solo mantuvo posesión del lado mexicano, falleció en 1862, y no vio la fundación oficial de Tijuana en 1889, pero si sus hijos y nietos quienes se establecieron en sus tierras y vieron nacer oficialmente a Tijuana junto con otras familias que después llegaron a la zona.
Quién diría que el oriundo de Monterrey California (antes México) y ex soldado español al aventurarse a venir a una tierra desconocida y deshabitada sería la piedra angular de la cual se conformarían múltiples historias y la cultura más “curada”.
Hoy después de 131 años le rendimos tributo con una vialidad a su nombre en el corazón de nuestra ciudad, sobre la que está la plaza Santa Cecilia, esta es la historia de Santiago Argüello, el primer tijuanense.