ITALIA.-Una potente tormenta azotó el norte de Italia durante la noche y la madrugada de este martes, desencadenando fuertes lluvias y vientos violentos que provocaron inundaciones repentinas en el centro de Milán y el desborde del pintoresco lago de Como.

Los estragos de esta tormenta se hicieron sentir en toda la región, donde varios bares ubicados a orillas del lago de Como, un destino turístico muy popular, se vieron inundados por las aguas desbordadas. Las autoridades de Protección Civil se movilizaron de inmediato, utilizando bombas de agua y barreras móviles para contener el avance de las inundaciones.

El río Seveso, que cruza los municipios de Como, Monza e Brianza y Milán, también se desbordó, aumentando la magnitud de la crisis. La Agencia de Protección Civil italiana informó sobre la situación crítica.

Las imágenes que circulan en las redes sociales muestran cómo las calles de Milán se convirtieron en ríos, con el agua fluyendo por las escaleras de las estaciones de metro. Los residentes y transeúntes se vieron luchando contra las fuertes ráfagas de viento que azotaban la ciudad, sosteniéndose en postes y enfrentando condiciones extremadamente peligrosas.

Marco Granelli, concejal de Seguridad de la ciudad, reportó que los vientos derribaron árboles, andamios y arrancaron techos. Como medida de precaución, se cortó la electricidad en varias partes de la ciudad mientras las autoridades trabajaban incansablemente para restaurar la normalidad, reparando las líneas eléctricas caídas.

La tormenta no se limitó al norte de Italia, ya que la región de la Toscana, en el centro del país, también sufrió los estragos de las fuertes lluvias. Eugenio Giani, presidente de la región, informó sobre inundaciones, árboles caídos y deslizamientos de tierra. En solo 24 horas, cayeron 257 milímetros de lluvia, superando el promedio mensual de precipitaciones para esta época del año. Afortunadamente, un conductor que transitaba bajo un árbol derribado resultó ileso.

Este evento extremo subraya la creciente frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos a medida que avanza la crisis climática. Italia, con su geografía propensa a deslizamientos de tierra y su ubicación costera en el Mar Mediterráneo, se encuentra particularmente vulnerable a estos eventos.

Incluso Venecia, en el noreste de Italia, escapó por poco de las inundaciones. Según el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, los fuertes vientos del mar Adriático empujaron el agua hacia la ciudad, provocando una marea «excepcional» de 154 centímetros debido a las mareas ya altas asociadas a la luna llena. Sin el sistema de compuertas MOSE, que ha estado operativo desde 2020, Venecia habría sufrido una «inundación récord» con el 70% de sus edificios bajo el agua.

Las autoridades italianas han emitido alertas en todo el país, ya que se espera que las lluvias continúen durante el resto de la semana. La región del Véneto, que incluye Venecia, se encuentra en alerta roja hasta el 1 de noviembre, mientras que otras seis regiones del norte están en alerta naranja y 11 regiones en alerta amarilla durante las próximas 24 horas.

Este episodio se produce en medio de la temporada de vacaciones en Italia, con más de 8 millones de italianos esperados para viajar durante la semana del 1 de noviembre. Este año ha sido especialmente devastador en términos de inundaciones en Italia, recordándonos la urgencia de abordar el cambio climático y sus impactos cada vez más evidentes. En mayo, las inundaciones en la región septentrional italiana de Emilia Romaña provocaron la trágica pérdida de al menos 14 vidas, además de causar estragos en la infraestructura y la agricultura local.