En un mensaje dirigido a los empresarios franceses reunidos en el hipódromo de Longchamp en París los días 28 y 29 de agosto, el Papa Francisco destacó el papel fundamental que desempeñan los empresarios como motores de riqueza y prosperidad. El texto del mensaje fue leído por Mons. Matthieu Rougé, Obispo de Nanterre.
El Santo Padre resaltó la importancia del concepto de «bien común» al referirse a los líderes empresariales. Afirmó que es imposible imaginar mejoras en el bien común, que engloba aspectos económicos y sociales, justicia y condiciones de vida de los más desfavorecidos, sin considerar a los empresarios como actores del desarrollo y el bienestar. En este contexto, el Papa Francisco expresó que los empresarios son «un motor esencial de riqueza, prosperidad y felicidad pública».
El Papa reconoció que el mundo empresarial está atravesando un período complicado debido a varias razones, incluida la guerra absurda y los desafíos que la pandemia ha traído consigo. Mencionó el sufrimiento que los empresarios experimentan cuando sus empresas enfrentan dificultades, incluso llegando al cierre. Enfatizó que a menudo se pasa por alto este sufrimiento en los medios de comunicación.
Afirmó que la Iglesia entiende el dolor que enfrentan los empresarios y los acoge, los acompaña y les agradece por sus esfuerzos. Recordó que desde sus inicios, la Iglesia ha acogido a los mercaderes, quienes son precursores de los empresarios modernos.
El Papa también destacó que la Biblia y los Evangelios tratan temas relacionados con el dinero y el comercio. Mencionó que entre los relatos más hermosos de la historia de la salvación, hay ejemplos que involucran conceptos económicos, como dracmas, talentos, terratenientes, administradores y perlas preciosas.
Hizo referencia a pasajes bíblicos para respaldar su argumento, como el relato del padre del hijo pródigo, quien es presentado como un hombre rico, posiblemente un terrateniente. También mencionó el ejemplo del buen samaritano, quien podría haber sido un comerciante y detuvo su camino para ayudar al herido, pagando su cuidado con dos denarios.
Con estas palabras, el Papa Francisco enfatizó la contribución vital de los empresarios al bienestar de la sociedad y su papel en la construcción de un mundo más justo y equitativo.