JAPÓN.- Hoy se vive un «Viernes negro» en los mercados financieros globales debido al derrumbe de Japón y a los temores de una inminente recesión en Estados Unidos. La caída del índice Nikkei de Japón en un 5,8%, la mayor desde la crisis de marzo de 2020, marcó el inicio de una jornada volátil en los mercados de todo el mundo.
En Estados Unidos, los principales índices de Wall Street comenzaron la jornada con pérdidas de hasta un 3,5%, siendo el Nasdaq el más afectado. La desaceleración de las contrataciones en el país, con solo 114.000 puestos de trabajo creados el mes pasado y una tasa de desempleo en aumento del 4,3%, generó incertidumbre entre los inversores.
La Reserva Federal de Estados Unidos ha mantenido las tasas de interés en su nivel más alto en 23 años, lo que ha impactado negativamente en la economía y en las empresas. El fabricante de chips Intel anunció la suspensión de su dividendo y recortes en su plantilla, lo que provocó una caída del 20% en sus acciones.
Los mercados tecnológicos de alta valoración también sufrieron las consecuencias, con caídas en las acciones de empresas como Amazon e Intel. El índice MSCI de acciones mundiales, el índice europeo Stoxx y los futuros del S&P 500 de Wall Street mostraban descensos significativos.
La incertidumbre sobre una posible recesión en Estados Unidos, exacerbada por la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal, ha generado un clima de ansiedad entre los inversores. Se espera que el informe mensual sobre las nóminas no agrícolas en Estados Unidos muestre una desaceleración en el crecimiento del empleo, lo que podría profundizar la crisis en los mercados.
Los analistas señalan que la relación entre el crecimiento del PIB de Estados Unidos y el de los mercados emergentes es crucial en este contexto. Los movimientos en los precios de las materias primas también juegan un papel importante en la economía global, afectando a las economías emergentes a través de los términos de intercambio y la inflación.