COLOMBIA.- En medio de la celebración de la 16ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), un inesperado incidente ha puesto la organización del evento en el ojo de la tormenta. Miles de delegados de todo el mundo acudieron a la ciudad colombiana para participar en la cumbre, pero la escasez de hospedajes convencionales obligó a las autoridades a alojar a algunos asistentes en «moteles del amor», un tipo de hospedaje generalmente destinado a encuentros íntimos.
La situación se reveló cuando el delegado ugandés Aggrey Rwetsiba compartió su asombro al descubrir que su hospedaje no era un hotel tradicional, sino un motel típico de citas. Según NTN 24, la demanda hotelera en Cali alcanzó el 100%, incluyendo casas de alquiler vacacional, lo que llevó a los organizadores a opciones no convencionales para recibir a la inesperada cifra de más de 23,000 participantes, cuando originalmente se esperaban entre 12,000 y 15,000.
«Un hospedaje diferente»

Rwetsiba relató a medios internacionales la sorpresa que se llevó al entrar a su habitación: una cama matrimonial grande, una ducha al nivel del piso, y un espejo en el techo, características propias de los moteles de Cali. «Es algo diferente a lo que uno espera en un hotel convencional», comentó el delegado ugandés, quien también notó la falta de un armario y la presencia de un estacionamiento privado, peculiaridades que le hicieron cuestionarse sobre el tipo de establecimiento en el que se encontraba.
Para adaptar los moteles a este nuevo propósito, los propietarios retiraron decoraciones y elementos típicos de estos espacios, como columpios y sillones «Kamasutra», y ofrecieron una tarifa especial de 35 dólares por noche, incluyendo desayuno, ya que estos moteles suelen alquilarse por horas y no por días completos. Los administradores del motel afirmaron haber trabajado con las autoridades para adecuar las habitaciones y ofrecer una experiencia más acorde a los estándares esperados por los delegados.
Un reto logístico en aumento

La inesperada afluencia de visitantes, superior a las expectativas iniciales, hizo evidente la limitada capacidad hotelera de Cali para eventos de tal magnitud. Este incidente no solo generó incomodidad entre los delegados, sino que también dejó entrever las dificultades logísticas que enfrentan las ciudades sede de grandes conferencias internacionales.
Por el momento, las autoridades y organizadores han evitado pronunciarse oficialmente sobre esta situación, que continúa generando reacciones de sorpresa y comentarios sobre la creatividad de los colombianos ante situaciones imprevistas.