Redacción El Tijuanense
En un giro político significativo, la izquierda uruguaya, representada por el Frente Amplio, ha retomado el poder tras cinco años de gobierno de centroderecha. Yamandú Orsi, candidato de esta coalición y discípulo del expresidente José «Pepe» Mujica, se impuso en la segunda vuelta electoral con el 49.8% de los votos, superando al oficialista Álvaro Delgado, quien obtuvo el 45.9%.
El presidente saliente, Luis Lacalle Pou, reconoció rápidamente la victoria de Orsi, felicitándolo y ofreciendo su colaboración para una transición ordenada. Este gesto refleja la madurez democrática de Uruguay, donde las transiciones de poder se han caracterizado por su civismo y respeto institucional.
Durante su discurso de victoria, Orsi enfatizó la importancia del diálogo y la unidad nacional. «Voy a ser el presidente que convoque una y otra vez al diálogo nacional», declaró, subrayando su compromiso con la construcción de una república democrática basada en el respeto y la tolerancia.
El regreso del Frente Amplio al poder marca una nueva etapa en la política uruguaya. La coalición, que gobernó el país entre 2005 y 2020, es conocida por sus políticas progresistas y su enfoque en la justicia social. La elección de Orsi sugiere una continuidad de estos valores, adaptados a los desafíos contemporáneos que enfrenta Uruguay.
Este resultado electoral también tiene implicaciones regionales, ya que contrasta con la reciente tendencia hacia gobiernos de derecha en América Latina. La victoria de Orsi podría influir en el panorama político regional, reafirmando la relevancia de las fuerzas progresistas en el continente.