En el marco del Día Mundial del Paciente Trasplantado, autoridades médicas, especialistas, pacientes y familias se reunieron en el Hotel Real Inn para participar en un foro de concientización sobre la importancia de la donación de órganos, evento organizado por el Hospital Ángeles y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Durante el encuentro, se entregaron reconocimientos simbólicos por parte de la Fundación Pro Trasplante de Baja California a personas y organizaciones que han contribuido a salvar vidas mediante la donación o el apoyo a pacientes en espera de un trasplante.
El cirujano de trasplantes Ismael González Contreras señaló que una de las principales barreras para los trasplantes en México es la falta de información, tanto entre pacientes como en el sector médico y autoridades. Advirtió que la insuficiencia renal es ya la décima causa de muerte en el país, afectando particularmente a hombres y mujeres en edad productiva. Cada año, alrededor de 16 mil personas fallecen a causa de esta enfermedad.
Además, González explicó que aunque existen donadores potenciales, muchos no son aptos debido a condiciones como hipertensión, diabetes u obesidad, lo que reduce la posibilidad de trasplantes exitosos.



Durante el foro, se compartieron testimonios conmovedores. Yolanda Benavides Gómez, madre de Francisco «Panchito» Franco Benavides, relató cómo donó su riñón a su hijo de 13 años, quien nació con insuficiencia renal. Tras un accidente automovilístico en 2023 que agravó su estado de salud, el trasplante se volvió urgente. Gracias a la Fundación, la operación fue posible, dándole a Panchito una nueva oportunidad de vida.
Otro testimonio que conmovió a los asistentes fue el de Priscila Díaz Aguilar, madre de Jennifer López Díaz, una joven de 16 años que falleció el pasado 11 de abril. Priscila compartió que su hija, en vida, siempre manifestó su deseo de ser donadora. Cumpliendo esa voluntad, su familia decidió donar sus órganos, lo que ha salvado o mejorado la vida de al menos ocho personas.
“El día de hoy estoy llorando la muerte de mi hija, me duele, pero yo sé que esa noche alguien recibió una llamada que cambió su vida”, expresó Priscila entre lágrimas, recordando que su pérdida también fue una luz de esperanza para otras familias.
El foro concluyó con un llamado a reforzar la educación y conciencia social sobre la donación de órganos, destacando que un solo donador puede salvar hasta ocho vidas.




Fotografías: Luis Bautista