𝗕𝗮𝗿𝗰𝗲𝗹𝗼𝗻𝗮, 𝗘𝘀𝗽𝗮ñ𝗮.- Las lluvias torrenciales y las tormentas en el este de España, que la semana pasada provocaron masivas inundaciones y causaron la muerte de al menos 217 personas, impactaron ahora en Barcelona, donde el lunes las autoridades suspendieron el servicio de trenes de cercanías y se emitieron alertas de emergencia a la población.
El Ministro de Transportes, Óscar Puente, ordenó la suspensión de todos los trenes de cercanías en el noreste de Cataluña a petición de las autoridades de protección civil, afectando a una región que alberga a más de ocho millones de personas. Además, en el aeropuerto de Barcelona se desviaron al menos 15 vuelos debido a las condiciones climáticas adversas.
En Tarragona, situada al sur de Cataluña, se cancelaron clases tras declararse alerta roja, mientras que en Valencia continuaba la búsqueda de cuerpos entre los escombros, vehículos destrozados y casas anegadas. El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comentó que aún no es posible determinar el número exacto de personas desaparecidas. La televisión estatal RTVE ha recogido testimonios de familias que buscan a sus seres queridos sin éxito.
En Aldaia, cerca de Valencia, un equipo de rescate compuesto por soldados, policías y bomberos se movilizó en el centro comercial Bonaire, donde su aparcamiento subterráneo se llenó de agua y lodo tras las fuertes lluvias. A bordo de una pequeña embarcación, el equipo buscaba posibles víctimas entre los vehículos sumergidos.
La situación ha despertado una gran frustración en la población afectada. Durante una visita oficial del rey y la reina de España a Paiporta, una de las zonas más devastadas, ciudadanos enojados lanzaron lodo a las autoridades en señal de protesta. En esta localidad, donde más de 60 personas han perdido la vida, los sobrevivientes enfrentan la falta de agua potable y otros recursos básicos.
Expertos meteorológicos señalan que el evento fue causado por un sistema de bajas presiones estancado, alimentado por temperaturas anómalamente altas en el Mediterráneo. Estos fenómenos, cada vez más frecuentes, reflejan el impacto del cambio climático, advierten los científicos.
Mientras la región continúa con el esfuerzo de limpieza, el buque de la Armada española “Galicia” arribó al puerto de Valencia con recursos y refuerzos. En total, el despliegue de ayuda cuenta con 7,500 soldados y miles de agentes de seguridad para asistir a los damnificados y restaurar algo de normalidad en las zonas devastadas.