En las últimas semanas, residentes del condado de San Diego han reportado un incremento de encuentros con agentes de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La comunidad inmigrante ha empezado a expresar preocupación por la posibilidad de un aumento en las deportaciones.
Estos encuentros se han presentado en distintos vecindarios, lo que ha intensificado el clima de ansiedad entre las familias inmigrantes. Organizaciones defensoras de derechos de los inmigrantes han activado líneas de emergencia y difundido información para guiar a quienes pudieran enfrentar situaciones con ICE.
En un reciente comunicado, activistas instaron a las personas a conocer sus derechos ante la presencia de la autoridad migratoria. También han solicitado a las autoridades locales intervenir para proteger a sus comunidades.
ICE, por su parte, ha declarado que las operaciones obedecen a la aplicación regular de la ley, aunque no especificó un aumento en los operativos. La agencia insiste en que sus acciones están enfocadas en garantizar la seguridad pública, apuntando en su mayoría a individuos con antecedentes criminales.
Sin embargo, el miedo persiste en la población inmigrante, muchas veces por experiencias de deportaciones abruptas. Líderes comunitarios han pedido a las autoridades locales buscar un diálogo con el gobierno federal para asegurar medidas más humanitarias.
La prioridad, según ellos, debe ser proteger a trabajadores esenciales y familias que han contribuido al bienestar del condado. Con el paso del tiempo, esperan obtener garantías para prevenir el temor constante entre sus habitantes.
Este aumento en los operativos de ICE en San Diego ocurre en un contexto de tensiones migratorias a nivel nacional. Grupos de derechos humanos y políticos locales abogan por una reforma migratoria que ofrezca caminos claros hacia la regularización de millones que viven bajo la sombra del miedo a la deportación.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, la comunidad permanece alerta y preparada para protegerse mutuamente.