En una drástica acción contra inmigrantes ilegales, Estados Unidos está deportando a más de 1,000 personas por día. Esta cifra, revelada recientemente, resalta la cruda realidad que viven actualmente miles de inmigrantes.
La Administración de Donald Trump parece incrementar su estrategia antiinmigratoria, deteniendo a un promedio de 1,080 inmigrantes por día. Este dato, proporcionado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés), pone en perspectiva la magnitud de la operación.
Este índice de deportaciones diarias se ha convertido en el más alto en los últimos años. Contrasta con el inicio de la presidencia de Biden, quien prometió un enfoque más humano y compasivo hacia la inmigración.
Otro dato relevante es que, desde el inicio del año fiscal 2022, EE.UU ha expulsado a más de un millón de personas. Este aumento en las deportaciones está vinculado con el incremento de la migración ilegal en la frontera estadounidense-mexicana.
El repunte de las detenciones de inmigrantes puede relacionarse también con la política de «Permanecer en México». Esta última, implementada durante la administración de Donald Trump, obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se resuelve su caso.
Es evidente que el camino hacia una política migratoria más humanitaria aún está lejos de realizarse. Los números no mienten y muestran un escenario adverso para los inmigrantes en territorio estadounidense.
Sin olvidar la delicada situación humanitaria que estos datos reflejan, se torna inevitable el debate sobre el futuro de la política migratoria de Estados Unidos. Así mismo, la presión internacional y de organizaciones pro derechos humanos se hace indispensable para poner freno a este desmesurado incremento en las deportaciones.
Esperemos que noticias como esta abran el diálogo hacia la necesidad de una política de inmigración basada en el respeto a los derechos humanos y la empatía hacia aquellos que buscan un mejor futuro en el país del norte.