La avenida Revolución, una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, se convirtió en el epicentro de la celebración del Año Nuevo Chino, un evento lleno de color, cultura y tradición que reunió a la comunidad china y a cientos de tijuanenses.
Organizado por la Secretaría de Cultura del Estado, el festejo inició con un desfile que partió de la calle 3.ª y recorrió la icónica vialidad hasta la calle 7.ª, donde los asistentes disfrutaron de una muestra cultural con danzas de dragones, exhibiciones de artes marciales y la participación de personas ataviadas con trajes tradicionales chinos.
UN FESTEJO PARA MANTENER VIVA LA CULTURA
Al Chu, empresario de origen chino que ha residido en Tijuana por más de cuatro décadas, destacó la importancia de este evento para preservar las tradiciones de la comunidad china en la ciudad. Subrayó que, a lo largo de los años, Tijuana ha sido hogar de una importante comunidad migrante china, la cual ha dejado una huella significativa en la cultura y gastronomía local.
Por su parte, el delegado de la Zona Centro resaltó que los primeros comercios de comida china en la ciudad surgieron en esta área y que eventos como este fortalecen la identidad cultural y fomentan el turismo en la región.


PRESENTACIONES ARTÍSTICAS Y SEGURIDAD GARANTIZADA
Desde las 17:00 hasta las 21:00 horas, el público disfrutó de una serie de presentaciones culturales y artísticas en un escenario especialmente instalado para la ocasión. El programa incluyó danzas tradicionales, exhibiciones de kung fu y música en vivo, brindando un espectáculo único a los asistentes.
Para garantizar la seguridad del evento, el delegado de la Zona Norte, José Luis Portillo, informó que se desplegaron 45 elementos de la Policía Turística, quienes resguardaron la zona y supervisaron el desarrollo de la celebración sin incidentes.
La celebración del Año Nuevo Chino en Tijuana reafirma la diversidad cultural de la ciudad y la estrecha relación que mantiene con la comunidad china, promoviendo el respeto y la integración de sus tradiciones en la identidad fronteriza.





Fotografías: José Vargas