En una región donde el “litro completo” ha sido históricamente motivo de duda entre los automovilistas, un nuevo precedente comienza a marcar diferencia. Por primera vez, 35 estaciones de servicio en Baja California han sido certificadas oficialmente por un laboratorio internacional, garantizando tanto la cantidad como la calidad del combustible.
La certificación, respaldada por Intertek, organismo con reconocimiento global, posiciona a la empresa local Rendichicas como la primera gasolinera en el noroeste del país en obtener este nivel de verificación permanente. Y lo más importante: no se trata de una campaña aislada, sino de un compromiso que implicará auditorías continuas.
MÁS ALLÁ DEL SURTIDOR: UNA EXPERIENCIA CERTIFICADA
El anuncio se realizó este miércoles en la estación Casablanca, en Tijuana, durante una rueda de prensa que reunió a representantes de medios, directivos de la empresa y técnicos del laboratorio encargado de la validación.
Según cifras compartidas, más de 150 mil clientes ya han vivido la experiencia directa de cargar combustible certificado, mientras que 1.5 millones de vehículos al mes se ven beneficiados en las estaciones certificadas, ubicadas en Tijuana, Tecate y Rosarito.
“No se trata solo de llenar el tanque, sino de saber que estás recibiendo lo que pagas, con calidad garantizada”, expresó uno de los voceros durante el evento.
INTERTEK: VIGILANCIA QUE NO SE DETIENE
La presencia del laboratorio Intertek no fue simbólica. Se organizaron 18 caravanas móviles en las que más de 180 vehículos recibieron carga verificada directamente por el laboratorio, recorriendo estaciones para supervisar en tiempo real la correcta entrega de litros y la calidad del producto.
Esta dinámica, además de comprobar el cumplimiento, tuvo un efecto social: acercó el tema técnico a los usuarios comunes, generando confianza a través de la experiencia.
La certificación tiene carácter permanente, lo que significa que no será una evaluación de una sola vez, sino un compromiso a largo plazo con auditorías periódicas. Es decir, las estaciones certificadas deberán seguir cumpliendo con estándares rigurosos para conservar su estatus.
UN ANTES Y DESPUÉS PARA LOS CONDUCTORES
En una región donde el transporte particular es vital y la confianza en los servicios aún es frágil, este tipo de certificaciones podrían cambiar la relación entre consumidor y proveedor. Más allá de lo técnico, se trata de una respuesta a una exigencia social: pagar por un litro que rinde lo que dice rendir.
Que una empresa local dé este paso pone el reflector sobre el resto de la industria y sobre los vacíos que aún persisten en muchas otras estaciones del país. Porque al final, detrás del volante, lo que todos buscan es certeza, eficiencia y respeto por su dinero.


Fotografías: Josué Díaz