El Allegiant Stadium vivió un carnaval desde horas antes del silbatazo inicial: sombreros charros, banderas ticas, olas interminables y un sol que castigó la previa para, ya de noche, regalar un clima digno de espectáculo. Dentro y fuera del inmueble, la fiesta se sentía; en la cancha, Keylor Navas bajó la persiana y condenó un empate sin goles que obliga a ambas potencias a mirar con lupa lo que viene.
México arrancó con ritmo aguerrido, Raúl Jiménez rondó el área con instinto, Alexis Vega desorientó laterales con buenos amagues y Luis Chávez probó de media distancia, pero todas las intenciones chocaron contra la fuerte figura de Navas, que en tres atajadas de reflejos felinos mantuvo la hoja en blanco.
El complemento se tornó gris: siete amarillas, forcejeos en cada dividida y un ritmo que se equilibró gracias al oficio costarricense para romper líneas con faltas tácticas. La grada, lejos de enfriarse, encendió celulares en cascada y coreó “Cielito Lindo” mientras los costarricenses respondían con “¡Ticos, Ticos!”.



La explosión llegó en el 92’. Santiago Giménez cazó un rebote y con una tijera, la red se estremeció; segundos después, el VAR dictaminó fuera de juego milimétrico. El liderato del Tri se transformó en silbidos, y las redes sociales se inundaron de debates sobre la justificación de la anulación. La frustración fue mayúscula, pero el punto resultó decisivo.
Con el 0-0, México y Costa Rica cierran la fase de grupos con siete unidades. El Tri se queda con el liderato por mejor diferencia de goles (+3 contra +2) y evita el cruce temprano con Estados Unidos; Surinam y República Dominicana, sin puntos, se despiden y piensan en la eliminatoria rumbo a 2029.


¿QUÉ SIGUE?
• México (1A) chocará el 28 de junio en Glendale contra Arabia Saudita (2D), invitado sorpresa que selló cuatro puntos en el sector de los norteamericanos.
• Costa Rica (2A), por su parte, enfrentará ese mismo día y escenario a EE. UU. (1D), que llega con marcha perfecta y un estadio rival asegurado.
Los ganadores de estos duelos se verán el 2 de julio en Santa Clara, de acuerdo con el bracket oficial de Concacaf.
Para ambas escuadras el mensaje es claro: el margen de error se extinguió. México, quien perdonó demasiado esta noche, deberá afinar la puntería si quiere aspirar a su décimo título; Costa Rica necesita la versión de gala de Navas y algo más de pólvora arriba para dar la campanada ante el anfitrión. El dorado de la Copa Oro se alista para el tramo que no concede respiros. El escenario está servido: que ruede el balón.
Fotografías: Miguel Palacios